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Asociación Afectados de Polio y Sindrome Post-Polio de España

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(01/03/2000) - EL SÍNDROME POSTPOLIO ATACA AÑOS DESPUÉS.

Hace 35 años que Lauro Halstead fue atacado por la polio, pero en 6 meses, tras dura lucha, pudo desembarazarse de la silla de ruedas y de los aparatos ortopédicos siendo capaz de "volver a andar perfectamente bien"; incluso practicó de nuevo el jogging, el squash y el tenis. Ahora, a los 53 años, vuelve a estar en silla de ruedas.

Halstead es uno de los más de 300.000 supervivientes de la poliomielitis que padecen el síndrome post-polio. Al menos la mitad de los que contrajeron la polio sufren el síndrome, que parece llegar 30 años después de la enfermedad.Los supervivientes de la polio se cansan con facilidad y sus músculos se debilitan. Pero con frecuencia los músculos debilitados no son los que fueron afectados severamente al contraer la polio.

Esta "bomba de tiempo", que viene tras muchos años de que la polio fuese barrida por las vacunas, ha llamado poco la atención de un público que una vez fue aterrorizado por lo que varias generaciones conocían como parálisis infantil. El público, en general, ha enfocado la atención en nuevas plagas, como el virus mortal del SIDA. Las víctimas de la polio sienten que han sido olvidadas.Ya muchos se han visto forzados a colocarse los, hace mucho tiempo olvidados, aparatos ortopédicos y a sentarse de nuevo en sillas de ruedas, al menos parte del tiempo, para conservar las energías.

Halstead, responsable del programa post-polio del National Rehabilitation Hospital de Washington, D.C., dice que se desconoce la causa exacta del síndrome, pero cree que se trata de una sobrecarga de los músculos y nervios que tuvieron que suplir las funciones de aquellos músculos y nervios afectados. Los músculos sobrecargados finalmente se vienen abajo tras años de tal sobreesfuerzo. Es como una sobrecarga en los circuitos. Irónicamente la actitud positiva del "tú puedes" que tantos supervivientes a la polio han mantenido, puede ser la responsable de lo que atañe al síndrome post-polio.

Dice Halstead: "Mucha gente con polio han sido muy activos. Tuvieron que esforzarse más de lo normal". Por eso Halstead aconseja a sus pacientes que bajen el ritmo. En algunos casos ha tenido que ordenar a los pacientes, que como orgulloso signo de rehabilitación abandonaron hace una generación la silla de ruedas, que se compren una nueva silla y se vuelvan a sentar en ella, al menos parte del tiempo para ahorrar energías.

Pero Halstead reconoce que este consejo puede producir un problema psicológico, porque a las víctimas de la polio les fue dicho por sus doctores de hace 30 años que hicieran mucho ejercicio, influidos por el concepto de "úsalo o piérdelo". Ahora, dice Halstead, si lo utilizas excesivamente, puedes perderlo o al menos disminuir tus fuerzas. "El consejo es que trates de ser cuidadoso y conservar lo que tienes", dice.

"Tienes que bajar el ritmo de tu actividad". Aún bajando el ritmo, Joseph Hall, 63 años, médico jubilado, director que fue de la Escuela de Fort Washington, se encuentra más débil. Tenía 3 años cuando contrajo la enfermedad. Lo primero que notó Hall, a mediados de los 60, fue un debilitamiento de la pierna buena. Explica, "antes de que pasara eso tenía una pierna izquierda útil, fuerte y musculosa, pero comencé a notar un deterioro del tono muscular, e incluso una disminución en el tamaño de la pierna. Ahora llevo un aparato en la pierna izquierda y los escalones son un problema". ¿Existe algún tipo de ayuda para las víctimas del síndrome post-poliomielítico?.

Hall asegura que nada le ha sido de ayuda. "He probado la estimulación eléctrica, microondas, terapia ultrasónica, masajes. Si vas hoy día a los médicos, te miran y dicen: ¿Polio? Eso fue antes de que yo naciera".

Halstead es algo más optimista. "Parece un problema de los nervios y músculos. Con ejercicios cuidadosamente supervisados, algunas personas pueden volver a ganar cierta fortaleza en determinados casos". En los últimos 8 años los supervivientes de la polio han creado 250 grupos de apoyo a lo largo de los Estados Unidos, publicándose una revista trimestral por la Red Internacional sobre la Polio. La directora de esta Red, Jean Headley, es una víctima de la polio que no sufre el síndrome.

Nadie sabe cuántos de los 300.000 supervivientes padecerán los síntomas finalmente. Sin embargo Headley toma precauciones. Procura no fatigarse. Ahora está buscando una casa sin escaleras y trata incluso de contar los pasos que da.